MEJOR ESCENA DRAMÁTICA:
Braveheart ganó el óscar a la mejor película en el año 1995, y aunque Mel Gibson ni siquiera estuvo nominado como mejor actor lo compensó llevándose el de mejor director.
Es un drama épico espectacular: William Wallace, nombre del protagonista (interpretado por Mel Gibson) es un rebelde escocés, que lidera una revuelta popular contra el cruel rey Eduardo I de Inglaterra que quiere conseguir para él la corona de Escocia y anexionarse el país, aprovechando que el último rey no tuvo herederos.
La escena corresponde con el final de la película, cuando Wallace es condenado por traición, brutalmente torturado y decapitado después de gritar ¡¡LIBERTAD!!. Pero su sacrificio no fue en vano.
Como curiosidad comentar que en la película llegaron a actuar descendientes de la familia del propio William Wallace.
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